Hoy me dirijo a todos ustedes con una necesidad imperante de expresar lo que siento en lo más profundo.
Estos últimos meses que pasé o, que en realidad, me hicieron pasar personas que solo buscan debilitarme, fueron duros y difíciles, pero gracias a todas las personas que siempre me acompañan hoy estoy más fuerte que nunca. El objetivo de esto no es querer dar lastima, para nada, lo que quiero es que, todas las personas que me insultaron, defenestraron y juzgaron de antemano, me lean y que se tomen un minuto para reflexionar ¿qué pesa más en la balanza? porque al parecer estamos en el mundo del revés. Un abusador puede andar tranquilo por la vida sin ningún tipo de condena, mientras que alguien como yo, por defender lo mío soy objeto de una condena social sin ningún tipo de sentido.
También quiero hacerles saber que además de ser funcionaria judicial soy un ser humano, soy una madre y soy una mujer. Porque al parecer ser funcionaria u ocupar un cargo de alto rango es sinónimo agachar la cabeza y que te pasen por encima y no tener que “perder la postura”. Perdón, pero no. Conmigo no funciona así, me tuve que callar estos meses pero entendí que eso es lo que quieren.
Villa Ángela